No es de los más experimentados, pero tampoco es ningún «chico». A los 27 años, Tomás Del Punta sabe lo que es jugar un Tala-Tablada. Por eso entiende cómo hay que disfrutarlo y más aún se se consigue anarle al rival de toda la vida.
A Tala le alcanzó con chispazos de buen rugby
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El 39-8 será inolvidable para «Tuco», entre otras cosas, porque hacía dos años que no jugaba un clásico. Pero también porque volvió a enfrentar a un amigo de la vida como Santiago Tobal, con quien, junto a Ramiro Benavídez, vivieron una gran experiencia en España jugando para Bathco Rugby Club.
«No me olvido más de este partido. Además de volver a jugar con esta camiseta y reencontrarme con amigos, ganar en tu cancha y con toda la gente, es algo hermoso», dijo el centro blanquinegro.
-¿Cómo analizás el juego?
-Arrancó medio enquilombado para los dos lados, con muchos penales. Por suerte Ramiro no estuvo tan preciso… Ellos patearon mucho y nosotros al principio devolvimos. Después sí se pudo jugar.
-Fueron contundentes.
-Sí, la verdad que los cuatro del fondo estuvieron muy filosos.