La segunda derrota frente a Gales precipitó todo. Daniel Hourcade renunció como entrenador de los Pumas, por culpa de los resultados, pero fundamentalmente porque su equipo perdió fuego. Hace rato que el seleccionado no da muestras de confiabilidad.
En pos de un rugby ofensivo, perdió banderas históricas como el scrum y el tackle y comenzó a pagarlo.
La ventaja de junio era el límite que se había puesto Hourcade para saber si su mensaje llegaba. Quedó a la vista que no llega.
«No encontramos respuesta en los jugadores. La responsabilidad es nuestra. Es un ciclo cumplido. Lo veníamos hablando antes con la dirigencia», dijo el Huevo.
«Quizá le pedimos más de lo que podían hacer a los jugadores. Tenían respuestas y ahora no las tienen. No pudimos engranar la idea de juego. La responsabilidad es mía. Ellos vienen mostrando su capacidad y estoy convencido de que el proyecto está encaminado. Ellos han tenido un gran crecimiento individual», cerró el entrenador que se despedirá el sábado ante Escocia.